16 junio, 2013

Imaginarios, colectivos: implicaciones sociales.

"Los mundos posibles, aquellos en los cuales se mueven y desenvuelven los sujetos, son configuraciones de las imágenes que la cultura le ha dejado como impronta y la forma como ellos mismos recrean una y otra vez el marcaje de aquella."


Sombras - Alexei Bednij

Una aproximación psicológica a las agendas de información 

Por L. Alejandro Peñuela V. y Luis Guillermo Alvarez García
Número 26 de Razón y Palabra

Presentación

Posiblemente a muchos de ustedes les suene extraño el título de esta ponencia, cuando el tema central del congreso son las agendas de Información y comunicación. Tal vez, la misma sorpresa que emerge en nosotros al oír la respuesta, cuando preguntamos a muchos de nuestros compañeros comunicadores, por las implicaciones sociales que surgen al determinar los asuntos que "queremos" ver, oí r y leer (agendas), y las consecuencias de las dinámicas generadas en este ejercicio de poder. De esta forma, decidimos que nuestro mejor aporte al tema del congreso era trabajar la relación entre los imaginarios, colectivos y su influencia en la opinión pública, mostrando como desde la psicología/sociología de la comunicación, las agendas lejos de estar determinadas por instituciones y/o organizaciones, como el gobierno, grupos políticos y económicos, están sujetas a una dinámica compartida con las inestables masas. Trataremos de esbozar, sólo a manera de una aproximación, algunas implicaciones que van desde la opinión pública hasta el control de masas, de la democracia de poder participar, hasta la participación en la legitimación y sus juegos institucionales. Esperamos, que lo aquí desarrollado sea un pre-texto para continuar la discusión.

Las agendas de informativas

¿Qué es una agenda? Podemos decir de manera general que es una colecció n compartida de asuntos, que nosotros como comunicadores, como representantes institucionales (estatales o privados), y como unos actores sociales asumimos que los otros quier en (supuesto) / deben (imperativo) conocer, con esta conjetura construimos los itinerarios informativos. Pero esto no deja de ser más que una ilusión pues lo que está detrá s de esto es el deseo de manipular la opinión pública al determinar (emisión/omisión ) los temas que se debaten, es un juego de poder político e institucional. Así, se definen las agendas políticas, mediáticas y públicas. Citando a Sampedro (2002):



El "verdadero ejercicio de poder" (Reese, 1992, p.353) consiste en definir y jerarquizar los temas que debate la opinión publica. Dichos temas se convierten en las iniciativas del gobierno o la oposición (agendas políticas), en contenido de los medios (agenda mediática) y en asuntos que ocupan a los ciudadanos (agenda pública ). Como cada uno de nosotros, los políticos, los medios y el público apuntan y ordenan en su agenda los temas de los que ha de ocuparse, según sus prioridades.

La información que se desea se conozca, se coloca en un discurso con redacción, visualización (imagen) y construcción simbólica posterior, se buscan los actores más idóneos, y las estrategias necesarias para obtener el efecto deseado, esto configura una agenda progresiva de información a lo público. Estas agendas pretenden dar a la conciencia colectiva una suposición de hecho sobre un temario de espacios-temas sociales en que pensar (deber pensar), aunque ingenuamente creemos que se le dice a la gente que pensar (Gómez, 2002), concepció n de una representación actuada por y para el colectivo implicado en la información y su contexto. Así, l as agendas de información agrupan imaginarios en una presentación discursiva propia de lo mediático, allí configuran los contextos en los cuales quieren intervenir y de las cuales se quiere que se conozca, se informe y se piense. Poco a poco iremos avanzando en este tema.

Lo imaginario. Lo colectivo. El orden social

Imaginarios
Los mundos posibles, aquellos en los cuales se mueven y desenvuelven los sujetos, son configuraciones de las imágenes que la cultura le ha dejado como impronta y la forma como ellos mismos recrean una y otra vez el marcaje de aquella. Nos representamos en el otro, nos identificamos con él, queremos conocerlo, aprehenderlo, robarle su imagen. Así , desde que nacemos asistimos a la comunión que nos produce el contacto con los semejantes a travé s de los grupos que conformamos y participamos, ya sean religiosos, políticos, académicos, culturales o familiares.

Entonces, los imaginarios, hacen parte del complejo de representaciones de un sujeto, lo configuran a "imagen y semejanza de su prójimo" o en otros casos a completa desemejanza. Así pues, el registro imaginario está sembrado en la tierra fértil de sus pasiones, de lo primario, de lo lábil, pero es allí, en donde se encuentra precisamente su talón de Aquiles. El mismo registro lo aproxima al prejuicio, a la acción desmedida, al impulso árido del "actúo luego pienso", a la compulsión, es allí donde existe precisamente la ferocidad, la agresividad manifiesta y latente que percibimos en el conflicto. "Las principales ilusiones de lo imaginario son las de totalidad, síntesis, autonomía, dualidad y sobre todo semejanza. De modo que lo imaginario es del orden de las apariencias superficiales que son los fenómenos observables, engañosos, y que ocultan estructuras subyacentes; los afectos son fenómenos de este tipo" (Evans, 1997, pp.109-10). Y de esto la cotidianidad contemporánea nos ha dado suficiente ilustración.

Imaginario, del latín imaginarius, connota la significación de aparente, ilusorio, pero ésta alusión esta lejos de ser algo inocuo, pues sus efectos muchas veces suelen ser devastadores. La ferocidad se desata, el run-run circula y las dinámicas generadas son inestables. La opinión, lejos de inscribirse en un ejercicio reflexivo es un efecto de pega que masifica los públicos. Las certidumbres aparecen y en un momento, estamos llenos de cotidianos "analistas políticos" (en el caso de la agenda política) en cada café, en cada reunión. Permeados, entonces, de las imágenes que nos muestran, co-con struimos los pre-jucios que debatimos. De allí la importancia de la opinión pública, de allí su deseo de controlarla, de manipular sus orientaciones, de allí los afectos y efectos en el orden social.

Pasar de la imagen que se superpone, a la palabra que articula, (es uno de los posibles caminos del acto comunicativo) el sentido ú ltimo de todo acto comunicativo, en tanto opinión; conjetura analizada, posibilidad ética. Cuando la información es imaginarizada, se hace manipulable, representa, actúa en el sujeto y en su lectura del mundo e influye en su acción. Los imaginarios, hacen parte de la estructura del colectivo por la posición de la atribución simbólica que el sujeto le presta al discurso mediático y a la forma como éste reconstruye, muy a su pesar, l os significados en el grupo o colectivo al cual se dirige, su publico objetivo. El paso de lo imaginario a lo simbólico es el verdadero ejercicio de opinión, de aná lisis, no importa quien la haga siempre será un ejercicio individual, objetivado en el consenso colectivo (intersubjetividad pactada). Allí surge la verdadera opinión, menos débil que su predecesora sólo construida por imaginarios. Lo simbólico articula nuevas posibilidades de representació n y resignificación que recrean al sujeto y lo que él piensa en un proceso dinámico de atribució n de significados y de significaciones compartidas, lo dota de posibilidades de existencia, de mediación, en otras palabras lo hace razonable. Y dado que los imaginarios no son inocuos, que son inestables, manipulables y azarosos en la acción del colectivo nuestra responsabilidad es é tica. Lo importante es tener siempre presente las implicaciones del comportamiento humano en colectivo y la determinación de saber cuando retirarse. Esto siempre se olvida en la inmediatez del trabajo, algunas veces, y otras, se omite en el juego institucional de lo mediático.

Colectivos
El género humano, de entrada, podemos decir es colectivo y social, existe en la sujeción que lo soporta, el lenguaje. De ésta forma, el sujeto se agrupa, forma colectivos, modela organizaciones e instituciones que estructuran el orden social. Pero colectivo, también es lo común a un número de individuos, es la característica de dicho grupo, comparten un mismo interés, en otras palabras se identifican en y por algo. Este es uno de los sentidos fundamentales que sustentan la opinión pú blica. La identificación en lo público, vía el discurso, crea colectivos de opinión. Entonces, los colectivos se articulan de formas diferentes en las posibles relaciones de su interacción en grupos, masas, redes, existiendo varios nombres para los mismos fenómenos. Los colectivos como una forma de la interacció n comunicativa, generan fenómenos, acciones y acuerdos de sentido, algunas veces cerca del consenso, del ejercicio simbólico del aná lisis, de la articulación discursiva; otras, del desacuerdo, de la inmediatez del afecto y sed de control. Pero, la articulación discursiva permite que el sujeto se inscriba en lo social de una manera distinta.

El orden social, puede entenderse como una colección de normatividades/instituciones que intentan colegir un estatuto de comportamiento para lo social y así asegurar las relaciones de los individuos miembros de una sociedad, a su vez trata del conjunto de reglas a las cuales deb en someterse los ciudadanos para mantenerlo. Por lo tanto, el orden se establece en lo social desde la creación de una normatividad e institucionalidad del comportamiento humano, un flujo de neguentropía1, de orden jerárquico. Las teorías sociológicas, que buscan aprehender el comportamiento del hombre en sociedad, intentan abordar de una forma clara la creación, desarrollo y consolidación del lo establecido, de lo institucional. El consenso se convierte en un acuerdo objetivado de exclusión social mayor y de inclusió n grupal y particular menor. En la medida que el sujeto se incorpora y adhiere a las instituciones, el mismo proceso, lo excluye de otras organizaciones y de sus semejantes en un orden establecido por lo estatuido. Pero al mismo tiempo, el col ectivo se adhiere a las normas de lo establecido y normaliza al sujeto en el orden del cual hace parte, y para nuestro caso el de lo informativo al conferirle a sus integrantes unas caracterí sticas diferenciadoras y al mismo tiempo incluyentes del mismo flujo del colectivo. Es un proceso dual/móvil de inclusión/exclusió n de constante actividad en lo social.

Entonces, el registro de lo imaginario confluye de una forma lógica (primaria) en el colectivo, reacomoda cada una de las representaciones que en un grupo humano se han creado para la existencia de la opinión pú blica y permiten que su vida como hecho, sea imaginado como real (realidad); sea establecido como orden (norma) en lo social. Lo social converge, entonces, de una forma u otra en el comportamien to de los sujetos que hacen parte de él y la información que se construye en torno a su acció n. Es en este lugar, en donde los (pre)juicios peculiares y colectivos, crean y dinamizan las representaciones de base fundamento sobre los cuales se soporta la informació n y la misma opinión. Es un supuesto vital igual que imaginarizado, importante para la existencia propia del colectivo vía informació n y configurador de las representaciones que soportan toda su convergencia en lo social.

Juicio y representación
El juicio es uno de los principales fenómenos por medio del cual el sujeto interacciona con lo social. Le permite crear imágenes mentales (conceptos), emitir locuciones (verdaderas o falsas) y construir discursos sobre la realidad que lo circunda. Pero el juicio es del orden de lo analizado, el pre-juicio es de orden imaginario. El sujeto al recrear sus imágenes mentales con la opinión de la cual hacen parte en lo público, presenta en principio un (pre)juicio de facto sobre el hecho social, recrea una respuesta lábil, rápida, que impregna su sentido de orientación social y cree interlocutar con su propio saber, en una muestra de su fuerza de pensamiento a priori. El hecho social con el cual el sujeto interactúa, conjetura la opinión agendada en información que le permite asignarle una serie de caracteres representativos en significació n compartida. A la pregunta que soslaya la actividad informativa, ¿usted que piensa sobre...? ¿Cuál es su opinión frente a...? Lo que sucedió en tal lugar, lo que dijo tal o cual persona... Le sigue una confrontación de sentido que es la base del (pre)juicio para el sujeto. ¿ Si usted fuera... qué pensaría... con respecto a...? La construcción del discurso informativo mediático le permite llegar hasta la confrontación de sentido, pero no a la articulación y construcción de un saber. El sentido y el juicio de una representación en la mediació n informativa de la opinión pública se coloca en una posición móvil y cambiante por las disposiciones del mismo medio informativo, por su amplitud o su estrechez.

La mediación vía informativa permite que la representación (colectivo) sea en el sujeto una articulació n significante dadora de sentido que le compete como un sujeto social en una común acción discursiva. Pero solo en el acto del análisis, de la verbalización, el sujeto representa, recrea, asigna imágenes, valores simbólicos a lo que se encuentra dentro de su campo de percepción en funció n de su historia como un sujeto in-formado. El juicio que el sujeto realiza de la información que le llega a sus sentidos se articula a la percepció n e historia personal del mismo. En este lugar, la exposición al medio informativo permite que el sujeto se ponga en evidencia frente al colectivo y preste atención flotante al campo representacional que le llega de paso en su esclarecimiento rápido de la información. Bueno, esta sería una ví a ideal que implica un ejercicio individual que se supone colectivo.

El sujeto se mueve en una estructura de representaciones que lo aluden a él mismo y le dan imágene s de un mundo que cree conocer. De allí se implica en la cultura de una forma comunicativa-informativa. Y es en ésta, en donde la implicación del sujeto recae sobre la categorí a de acción actuada, de información compartida. La implicación es un acto de responsabilidad sobre la locució n social que se emite y frente a la cual actúa, pero, además, sobre la forma de articulación posterior de criterio público, de la categorí a informativa que se muestra en colectivo; de la opinión.

Opinión pública
Podemos iniciar este parágrafo de una manera constructiva. Opinión proviene del latín opinio, de opinión, pensar que alude a una hipótesis o una proposició n aceptada por medios racionales, en este caso podemos decir mediada por la mayéutica socrática, por el ejercicio de la reflexión y sobre la cual puede existir alguna duda. Pero esto esta lejos de ser verdad en lo colectivo, la opinión publica las más de las veces es ortodoxa, opinión verdadera, certidumbre imaginada, a la cual no se le concede el beneficio de la d uda. Esto genera algunas veces comportamientos desmedidos, otras, cambios sociales sustantivos, pero no determinados por la masa, sino por la posición del per seguido2. Ésta es nuestra dinámica. Es cuando los representantes institucionales convierten en objetivo a la opinión pública, vía la mediación de un discurso que se construye manipulante. El manipular los discursos mediáticos con objetivos teleológicos, permite crear hechos fá cticios que configuran y desestiman la percepción singular por el hecho fácti co en el cual esta implicado el colectivo. Y si se tiene los medios amplificadores para emitirlo, el efecto será mayor. Lo engañoso se amplificará.

En el acto de opinar, el sujeto se inscribe en una dialéctica de significados compartidos por los otros. Así , la movilidad del discurso de la doxa, verdadera o falsa, se reafirma con la alta dinámica de cambio que existe en los actuales discursos mediáticos, y en su influencia en los pú blicos a los cuales llega. La opinión, en este caso, se erige en la forma laxa del sujeto inscribirse en un saber dispuesto a callarlo con el mí nimo cambio de posición de su estructura como discurso. Pero en el ejercicio de crear opinión también viene la duda, y de allí la posibilidad de crear juicios, nuevos sentidos para el mismo sujeto que, antes había intentado expresar, representar una certidumbre, aproximándolo a un cambio del hecho sustantivo del imago, del cual se construye la doxa y se recrea el hecho social. La llamada información en la emisión de los medios de comunicación (mediática), preestablece campos representacionales acordes para la subvención ticular en detrimento del colectivo, el cua l es conducido por la norma informativa. En este lugar el sujeto trata de establecer su existencia común opinando, como un sujeto de relativa importancia para el otro.

La opinión emprende un camino largo y azaroso al pasar de privada a pública, al incorp orarse a las sinergias de posiciones individuales que producen efectos colectivos. Así, cambia su configuración y el sentido privado de la percepció n de un sujeto, se evidencia en la forma de expresión, en su manifestación, ante el cuestionamiento del estí mulo que interroga y manipula. Esto es lo que hace que en diferentes momentos la opinión pública se convierta de facto en ideología. "La ideologí a adopta la forma de un sistema de ideas y de juicios, se presenta bajo el aspecto de la racionalidad" (Rocher, 1990, p.476). Y cada explicació n peculiar puede convertirse en realidad colectiva, en verdad consensuada, en poder sin discusión. Las ideologías que se establecen vía mediá tica son amplificadas creando en el sujeto sistemas ortodoxos, discursos que ponen al sujeto a opinar, siguiendo la ló gica (primaria) de un saber que muta, cambia y se convierte en arma de difusión para lo informativo. Esto se da por artificios aleatorios de nuestra estructura como sujetos al encontrar líderes que los erigen.

Entonces, bajos los supuestos de romper los imaginarios, surgen los programas de opinión y las agendas de información y comunicación. Pero "ingenuamente" creen/intentan crear consciencia colectiva. Sin embargo, lo que sucede es que dichos programas de opinió n se convierten en juegos de poder finamente pensados para manipular la imagen del otro, así se mueven las fichas, se refuerzan los primeros planos. Entonces, se escogen las mejores imágenes, las má s patéticas, ¡perdón! las mas disientes. Se editan las imágenes acompañ adas de refuerzos sonoros que saturan los sentidos, y si tuviéramos los recursos tecnológicos para el olfato y el tacto, tendríamos el aroma del hecho, su olor caracterí stico... Se unen unos pedazos con otros, se crean falsas articulaciones, según lo que esperamos que los otros vean y escuchen, se dejan implí citos, se colocan títulos sugestivos: "Ruiz y Días se encontraron con una trampa explosiva". Al final es un juego de tensiones, un juego de cuerda donde nadie queda en pie. Ahora bien, ¿cómo más se ha de hacer? He aquí una buena pregunta.

Política e información, implicación en el colectivo
La política desde su definición en la polis y el colectivo gobernado por lo estatuido se configura como un regulador de comportamientos y creador de síntesis de actuación. Las agendas polí ticas son como ´juegos de ajedrez´, fríamente calculados en la lúdica de tensiones que generan. Pero la opinión pública también las determina, es un juego de mutua afectación recíproca. El juego, entonces, es inestabl e, y algunas veces nos hace creer que podemos controlarlo. Ese es el supuesto de las instituciones, sea cuales fueran. Todas las investigaciones en medios hacen grandes esfuerzos por demostrar que tal o cual perió dico, o noticiero (televisivo o radial) es parcializado, intentando construir una familia conspiradora. Pero esto siempre ha sido y será así , esa es la naturaleza de lo humano, confluir al desacuerdo, al conflicto de intereses. Sin embargo, nuestro deber es ético, no se trata de neutralidad, se tra ta de imparcialidad. Con este tipo de filosofía se crean procesos como el ACD (análisis crítico del discurso; Van Dijk), propuesta utilizada para crear justicia e igualdad social, en la cual se intenta leer el discurrir de los fenómenos de poder en las re laciones de lo social y su incidencia en el comportamiento de los individuos, grupos y el control de masas. En este punto, lo político no só lo es un ejercicio de los llamados políticos sino una forma de pensamiento alrededor de lo estatuido normativo y las relaciones de poder entre los sujetos que lo estiman como conveniente para su interpretación de la realidad social. Entonces, una propuesta como la del ACD, puede servir como ejemplo de un espacio que aporte nuevas significaciones, a partir de la interpretación y el análisis del efecto mediático en las masas. Pero en ultima instancia, es una agenda más que estima lo polí tico y que lo comprende desde su esencia como discurrir social discursivo. Esta es solo una de las posibles formas de interlocución.

Lo político está articulado al juego del poder de sus partidarios, y a la forma como é ste, el poder, se articula a lo social y lo configura en una dinámica de acción consensuada y de supuesto comportamiento democrá tico. En tanto, la política se construye vía discurso retórico, toma a la información y la manipula con objetivos teleoló gicos claros, el mismo poder. "La función del poder consiste en la regulación de la contingencia"(Luhmann, 1995, 18). Esta se evidencia de forma particular en la lucha, discrepancia y manipulación de la información en los medios y sus posibles consecuencias. En el colectivo, el comportamiento polí tico coacciona el sentido de participación del sujeto en la institucionalidad del estado y conduce al grupo humano a la expresión de sus im aginarios encontrados, al encuentro de su misma esencia en la política construida por la información catalizadora entre contingencias.

La política como una actuación del sujeto en lo social, le permite por su esencia ser una construcción colectiva y conf igurar toda una serie de acciones de palabra que median el comportamiento y modelan el sentido y la actitud. El lenguaje es un acto de sustitución de lo real por un signo (realidad) que se evidencia en los medios de información contemporáneos, donde el sujeto sustituye lo real por múltiples signos (crea realidades), y le da una vía de acción y de responsabilidad al comportamiento social. La televisión es un medio creado con aptitudes de visualidad y sonoridad que como objeto de una intermediación tr ata de replicar la realidad visualmente en hechos sociales construidos como un conjunto. La radio se queda en la sonorización con la implicación de imaginarios má s amplia que la primera y la prensa le sigue con la misma dinámica en el propio papel. El int ernet, medios alternos e interactivos confluyen hacia la no existencia del sujeto bajo el concepto de virtualidad. Es allí en donde, la informació n, se convierte en un eje transversal que acoge el sentido del hecho social y lo configura en una perspectiva mediática bajo ví as diferentes. Cada uno de los medios de información actuales trabajan bajo prerrogativas distanciadas en forma la una de la otra pero cercanas en actuación comunicativa.

La televisión conforma un hecho visual con base en percepción de imagen y sonido, la radio con base en percepció n de sonido y el internet y medios multilaterales tratan de realizarlo con base en multiplicidad y multimedialidad de estímulos. El concepto perceptual es común a todos los medios, el sujeto articula el lenguaje y le asigna relaciones de sentido y de significación a cada uno de los mensajes emitidos por los medios ecoicos e icó nicos, de sonido e imagen. La difusión, claridad y ´efectividad´ de estos, se determina por su inclusión multilateral en los sentidos o su exclusión de facto por el sujeto. Cada uno de los medios de comunicación e información comprometen sus esfuerzos por dar a conocer, poner en conocimiento e informar. El proceso informativo contemporáneo relativiza el concepto de realidad en torno al sentido de rapidez y aproximación veraz. La veracidad es relativa y la certeza se convierte en algo por cumplir. Lo visual, lo sonoro y lo intermediá tico en especificidad por estos medios informativos se multiplica en la ejecución, alcance de cada medio y su amplificación en acció n del discurso que se emite.

Los sistemas de información y comunicación.
Redes, Colectivos imaginarizadores actuando
Los colectivos son espacios sociales que configuran las dinámicas de lo mediático. Así, los siste mas de información, se basan en el poder que ejercen al controlar la información que fluye por ellos, las más de las veces, pertenecientes a hegemoní as, acostumbradas por décadas de ejercicio en la manipulación de sus intereses de los más débiles (informacionalmente hablando), como es el caso de las multinacionales, partidos políticos (p.e el PRI en México), políticas econó micas globalizantes... Si nos remitimos al nuevo lenguaje de los procesos sociales, la opinión pública, configura redes, entramados sociales, como lo expresa Galindo (2001):

El mundo social puede ser visto como un despliegue de una multitud de sistemas de información que buscan continuidad a través de los diversos componentes que la constituyen. Estos memes conviven en lucha y cooperación, hasta llegar a la destrucción de unos por otros, o la subordinación de unos respecto a otros. La vida social puede mirarse como la manifestación de esos diversos códigos que buscan prevalecer y continuar, o resistir y sobrevivir. Los sistemas de información son más visibles cuando adquieren una forma institucional, la forma sistema evidente ordenada por el sistema de información interno que lo guía y organiza. Y son menos visibles cuando están integrados a las múltiples y diversas interacciones sociales como un movimiento de apariencia diversa e inestable.

Pero pese a existir la manipulación por parte de estos en beneficio de sus intereses, las redes se configuran como dinamizadores sociales que se oponen, de una u otra forma a estas edificaciones, traspasan sus límites, los muros que en otros momentos histó ricos eran infranqueables, hasta el punto de determinar el curso de gobiernos que antes se pensaban intocables. Pero, necesitamos aún otros conceptos para seguir avanzando en la discusión y es los sistemas de comunicación. Sigamos con la propuesta de Galindo (2001):

Los sistemas de comunicación son las formas de conexión e interacción entre los sistemas de información. En cierto sentido permiten que ciertos memes se fortalezcan y otros se debiliten, que unos crezcan y se difundan, y otros se colapsen y desaparezcan. La vida social puede ser percibida como una inmensa red de conexiones donde ciertas formas de comportamiento, de pensamiento y de creencia se transforman por contacto con otras y sobreviven, mientras que otras se aíslan y perecen.

Así, podemos agregar una nueva articulación, a partir del trabajo de aná lisis de los sistemas sociales como redes dinamizadoras en el agenciamiento de lo público, y tratando de encontrar una diferencia entre las agendas de información y comunicación, a las ya expuestas por otros expositores: Influencia de los medios y la utilización de los mismos en las agendas que determinan una nueva política (Gómez, 2002), las dinámicas generadas en la construcción de las agendas a través de las escuelas que analizan el poder desde las ciencias sociales (elitismo puro, pluralismo, institucionalismo) (Sampedro, 2002), y los sistemas de información y comunicación en la memé tica de la construcción social y su relación con las agendas de informació n (Galindo, 2002) . Esto permite a los participantes de este congreso tener diferentes perspectivas de aproximación temática. Entonces, ¿ es posible hacer alguna diferencia entre las agendas informativas y las de comunicación con relación a las diná micas de los sistemas de información y comunicación? La aproximación a esta pregunta será constructiva, más que conceptual.

Aún, y pese a que ya existen muchos hechos que lo demuestran, seguimos pensando que el azar es so lo una eventualidad. Pero lejos de esto podemos decir el azar (como una forma de enacción) es constitutivo de todo hecho social. Para este momento, las agendas informativas son los asuntos que de una manera intencional se determinan para obtener algún efec to. Sin embargo, una vez esta energía se pone a circular los resultados pueden, o no, ser determinados. La opinión pública, también imprime su sello a las diná micas sociales. Así, se configuran los contextos (ecológicos) del hecho social. Los sistemas de información ponen en juego políticas jerarquizadas y los sistemas de comunicación articulan procesos (horizontalizan). Entonces, cuando un gobierno, por ejemplo, retrasa, oculta, obstaculiza un determinado proceso de otro actor social, (p.e. de la oposición) comienza toda una campaña mediatizada que determina otra agenda de información. Éstas dinámicas en juego imprimen procesos inestables, de los cuales sólo percibimos sus efectos, es aquí donde podemos hablar de agendas de comunicación. Éstas se establecen en la lectura, a posteriori , en la formalización que logramos hacer de lo acontecido. Lo cual, nos permite tener una visión general de la interacción de los sistemas de información que participarán del proceso; esto es lo que se logra en el análisis político del hecho social. Dicho de otra forma, es una colecció n, ya no de asuntos, sino de articulaciones, de relaciones entre los mismos fenómenos generados que nos llevan a un proceso de observación, el cual permite tomar una posición ante el fenómeno observado/vivenciado. Muchas veces, nos contentamos sólo con la narració n descriptiva de lo acontecido, pero pocas veces nos detenemos a encontrar las relaciones que lo hicieron posible (análisis). He acá una posible diferencia.

Tomemos otro ejemplo: un niño de 12 años que padecía un grave cá ncer desde temprana edad, y cuyo padre, agente de policía, estaba secuestrado por las FARC (grupo guerrillero), se convierte en el tema de instituciones informativas, noticieros quienes demandan al grupo guerrillero, por varios días (meses) que como un acto de humanidad, de protocolo de guerra, dejen en libertad al agente de policía para que pueda estar con su hijo en sus últimos días de enfermedad. Luego el niño muere, sin que la familia sepa algo del policía secuestrado. El último pedido, fue que lo dejaran, entonces, en libertad para que asistiera al sepelio del hijo. Hoy, ya varios meses de sucedido este evento, el policía sigue "secuestrado", por lo menos eso es todo lo que podemos decir, y de aquel asunto, ya no se habla3. Bueno eso si, se siguen buscando mártires, (caso de la candidata presidencial secuestrada, y cuyo padre murió estando ella en cautiverio, y donde los medios dicen: "se pierde otra oportunidad más de mostrar humanidad"- refiriéndose al hecho que se espera que se ponga en libertad para asistir al entierro de su padre), que usados como representaciones del colectivo, quieren hacer entrar en "razón" a los actores de este movimiento guerrillero para que dejen a la población civil fuera del conflicto. Los dos actores, definen sus agendas de información: unos por omisión (FARC), otros por reiterada emisión (Noticieros, gobierno, instituciones), se genera así toda una movilización de la opinión publica nacional e internacional, discursos en torno al suceso, llegan correos electró nicos de todas partes del mundo, fotos, artículos... ¿Qué sucedió? Este análisis, y sus consecuencias para el conflicto, aún están por hacerse, en otras palabras, falta la construcción de la agenda de comunicación que nos dé una posible respuesta.

Las agendas vistas desde otra perspectiva a la que planteamos, son de por sí informativas, y comunicacionales: informativas en tanto los bits de información que circulan por ellas, y comunicacionales, porque algo que se transmite de un lugar a otro, en tanto mensajes construidos. La perspectiva que acá se propone desde la interacción comunicativa es distinta, pues, sostenemos la conjetura que es el del paso de agendas de información a agendas de comunicación donde se genera la opinión, en tanto juicio analizado. Como lo decíamos arriba, los programas de opinión, muestran el hecho desde diferentes puntos de vista, supuestamente neutrales y mucho menos imparciales (una agenda informativa más), pero la opinión se genera en el ejercicio discursivo de quien verbaliza/analiza más que del que escucha o ve. El verdadero ejercicio, bien o mal, de opinión se genera en la participació n. En el acto del ciudadano en su acción democrática.

Medios de información y trama discursiva ante el hecho social

Los llamados medios de informació n configuran una particular trama discursiva del hecho social y de una realidad parcializada en torno al sentido informativo del discurso. La trama se genera por la articulación y efectividad de emisión en los medios en forma paralela a la percepción-representación compartida por el colectivo. Por lo tanto, lo emitido, informado, hablado, ví a expansiva por diversos medios, se convierte en un hecho de forma y algo por confirmar. La información que es emitida permite en ejecución discursiva común, recrear en principio una trama discursiva que soporta los hechos sociales. Y que permite la construcción de saberes dispuestos a convertirse en una trama colectiva. " El conocimiento y uso que tengan de su propio lenguaje surgirá de esa interrelació n; una influye sobre la otra; los mecanismos intelectuales colaboran con ambos sistemas: la de la construcción tanto de los objetos como de la misma mutación y significación del lenguaje." (De los Reyes, 1998, p.10). La interrelación de estos hechos en consenso y de manera particular los hechos construidos por la informació n mediada se convierten en doxa verdadera por la movilidad informativa, la mediación psicológica, y la dinámica imaginaria de la trama discursiva que la soporta. Este tipo d e conocimiento y su influencia como un mecanismo intelectual permite que la participació n de los sujetos en la palabra y en sus opiniones sean aceptadas como comunes. Y que el discurso social dinamice los imaginarios que por su misma acción se crean.

"La autoprogramació n muy selectiva y personalizada de los usuarios ha alimentado el temor a una fragmentación excesiva de la audiencia (convertida en una audiencia mosaico) cuya atomización erosione o destruya la cohesión psicológica e ideológica del imaginario colectivo, conjunto de valores, opiniones, mitos y fabulaciones compartidos que han coherencia al tejido social y otorgan conciencia de comunidad cultural." (GUBERN, p. 68).

¿Qué sucede en este momento con los imaginarios? Son creados y reconfigurados uno, por los medios y dos por los sujetos en discurso, se erosionan y fragmentan. El campo de la trama social se articula en la actualidad por fisuras entre cortadas por el discurso amplificado. Es una trama dé bil y tendiente a colapsar ante cambios ínfimos en la estructura misma del discurso y en su forma de expresión en los medios. La implicació n en el discurso mediático es una experiencia de visión. "La verdad-subyacente a los pregones de noticias exageradas que la confunde, es que el mundo construido en imágenes resulta desastroso para la paidéia de un animal racional y que la televisió n produce un efecto regresivo en la democracia, debilitando su soporte, y por tanto, la opinión pública" (Sartori, 1997, p. 146) . La visión que se construye se diluye con facilidad por la acción misma de los medios de información. Y su estructura como discurso cambia de forma dú ctil por la misma amplificación de sus palabras (interactuaciones).

Información mediada. Dinámica del imaginario. Construcción de lo simbólico significativo en la sociedad

La dinámica de los imaginarios contemporáneos es una experiencia móvil desinformada. La informació n media el comportamiento de los sujetos inmersos en la cultura. Es una articulación compartida sujeta y móvil de significació n en el sentido de la realidad representada por el sujeto. Más que información, por cúmulo, los sujetos se pueden sentir, percibir abrumados por el nú mero y cobertura de la propia información mediática. La mediación es una acción en curso, para este caso, de la informació n emitida por los denominados medios informativos y por la forma como en la experiencia peculiar el sujeto la reconstruye. Esta experiencia supone actores que como sujetos comunicativos soportan el trabajo de replica de la misma, en sus pantallas, videos, audífonos o cualquier otro tipo de medio de difusión (recepción).

En conclusión, la construcción de los imaginarios vía agendas de información, emisió n de medios, cobertura informativa o cualquier otro tipo de espacio de interrelación entre mediación, medios e información diluye en la actualidad la comprensión del sujeto en la trama social. "La distinción entre información, participación (Mitteilung) y comprensión es, por consiguiente, una distinción que produce distinciones... el evento comunicativo concreto se cierra como unidad discreta con la comprensión" (Luhmann, 1998,57). La información media el imaginario en la medida que construye representaciones que se ponen en común por el discurso. Y estas actúan como eje de sentido en la existencia de los sujetos y de sus comunicaciones o unidades discretas.

El sujeto en la información no existe inmaculado, la impregnación social de estos, es certera y lo que es emitido simbó lico, es catectizado de afecto en un conjunto fragmentado propio de lo discursivo. La desinformación y poca comprensión son caracterí sticas de la misma realidad mediática actual. En la cual la información media, comparte, intercede en y por los propios sujetos que la construyen. El imaginario respuesta de esta mediación se configura en acción del hecho discursivo. Y los sujetos participantes en significación y sentido del mismo imaginario se apropian del supuesto de la construcción del concepto de lo público en el hecho opinado.

Epílogo
Las agendas, mediáticas, políticas y pú blicas son formas manipulables, que bajo el supuesto de una colecció n compartida de asuntos determinan los deseos de representantes institucionales (estatales o privados), en un juego de poder que está sujeto a los avatares de la opinión publ ica. La opinión pública es lábil, inestable y azarosa. Así, se da un juego de mutua interdependencia y afectación recí proca, donde los actores políticos e institucionales hacen todo lo posible para determinarla (sistemas de información/determinación jerárquica), pero donde ésta, lejos de ser inocua, también determina sus dinámicas (sistemas de comunicación/ proyecció n horizontal): "cacerolazos", grandes movilizaciones de campesinos, destituciones, abdicaciones forzosas, pérdidas de investiduras, movimiento s independientes... De ésta manera, las dinámicas sociales, en tanto formas simbólicas e imaginarias, son estructurantes y estructuradas como diná micas complejas de flujos de información y comunicación en las cotidianidades de lo social.

Entonces, y es algo que tal vez la experiencia nos ha enseñado, lo que se llama opinión pública no es importante porque allí realmente no se generen procesos donde los actores sociales se hacen más conscientes (observadores) de su participación en los hechos de los cuales hacen parte. Son importantes porque son manipulables, influenciables y masivos a la hora de decidir. Son más útiles, mientras menos información fluya por ellos.

Notas:

1 Neguentropía es el flujo de información (tipo) que para el caso de los sistemas sociales (enacción) configura su existencia como sistema. Esto quiere decir que es una característica propia de los sistemas en la medida que influye de forma decisiva en la implicación de (energía) información sobre sí misma. Y de allí el sistema se reconfigura desde su propia emergencia como información. Para el caso de los colectivos y la información agendada subsiste sobre lo sistémico del modelo neguentrópico y la afirmación de su convergencia en lo social.
2 Para más información sobre redes y las dinámicas adoptadas por las masas, remitimos al lector a un texto realizado por los autores: Comunicación Compleja: fluctuaciones y perturbaciones de la interacción comunicativa (artículo). Revista electrónica: Razón y Palabra. Febrero-Marzo 2002. No 25. .
3 En el primer momento de escritura de este texto, no se sabía nada del policía secuestrado. Días antes de presentar esta ponencia nos enteramos que el policía fue asesinado por el grupo insurgente. Por esto no hemos cambiado el texto original. Aunque hacemos alusión al evento con esta nota.

Referencias:

Evans, Dylan. (1997) Diccionario introductorio de psicoanálisis Lacaniano. Argentina; Paidos. 

De los Reyes, David. (1998). Construyendo una filosofía de la comunicación para los ¿nuevos? tiempos. En : Revista Latina de comunicación social. La laguna (Tenerife)-Marzo de 1998-número 3-. 

GALINDO, Jesús (2001). Contextos ecológicos y sistemas de información y comunicación. Configuraciones. Trayectorias, matrices situacionales y contextos de posibilidad en lo social. El caso de las redes de investigación social. Disponible en

-------- (2002) Sistemas de información, sistemas de comunicación y configuración social. Algunos elementos de Memética y Sociocibernética de la vida social. En : Memorias del VIII Congreso de Comunicación - Medellín 2002. ACECS.

GÓMEZ CRUZ, Edgar. (Abril 2002). Mediatización de la realidad: ¿hacía una nueva política?. En: Memorias del VIII Congreso de Comunicación - Medellín 2002. ACECS. 

GUBERN, R. La Antropotrónica: nuevos modelos tecnoculturales de la sociedad mediática. En: Carmen Gómez Mont. (Ed) Nuevas tecnologías de comunicación. México: editorial Trillas. 

LUHMANN, Niklas. (1998) Complejidad y Modernidad, de la Unidad a la Diferencia. España: Editorial Trotta.

--------(1995). Poder. México: Editorial Anthropos. 

ROCHER, Guy. (1990). Introducción a la sociología general. España; Herder. 
SARTORI, Giovanni. (1997) Homo videns, la sociedad teledirigida. España: Editorial Taurus. 

SAMPEDRO BLANCO, Victor (Abril 2002). Agendas del poder y el conflicto de la democracia. Activismo social: posibilidad de debate y cambio político. En: Memorias del VIII Congreso de Comunicación-Medellín 2002. ACECS.

L. Alejandro Peñuela V. y Luis Guillermo Alvarez García
Investigadores del grupo Bioantrolopología-BIOGÉNESIS. Universidad de Antioquia, Colombia

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